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Ovella: innovación, empatía y lana gallega para proteger a las personas mayores del rural

Los miembros del equipo de Ovella, tras ganar el Terra Creative Jam
Los miembros del equipo de Ovella, tras ganar el Terra Creative Jam
El proyecto impulsado por cinco estudiantes del Campus Terra logra el primer premio en el Terra Creative Jam

El futuro del rural gallego puede pasar por ideas tan ingeniosas como humanas. Una de ellas se llama Ovella, un proyecto que acaba de alzarse con el primer premio del Terra Creative Jam 2025, el evento de innovación y creatividad impulsado por el Campus Terra de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y la incubadora Lug Open Factory. Durante dos días intensos de trabajo colaborativo, los equipos participantes afrontaron el reto de «reinventar el rural», buscando soluciones que combinan sostenibilidad, tecnología y compromiso social.

Y, en ese contexto, Ovella destacó por su capacidad para tejer innovación y empatía: un dispositivo anticaídas integrado en prendas de lana gallega que promete mejorar la seguridad y la calidad de vida de las personas mayores.

Una idea nacida de la empatía

«Queríamos centrarnos en las personas que ya viven en el rural, en aquellas que sienten que deben marcharse por miedo o desprotección», explican los promotores de Ovella.

El punto de partida fue la despoblación: muchos mayores abandonan sus casas de toda la vida porque temen quedarse solos o sufrir una caída sin poder recibir ayuda.

A partir de esa reflexión, el equipo pensó en una solución que combinase tecnología, diseño y cercanía emocional. Así nació Ovella, una propuesta que integra un sistema airbag en prendas confeccionadas con lana gallega, un material sostenible y tradicional que, además, devuelve valor a un recurso local en desuso.

La apuesta no era solo por la seguridad, sino también por la dignidad y la estética. «Queríamos crear un producto que las personas mayores quisieran llevar, que no las estigmatizase, sino que las hiciera sentirse cómodas y elegantes», subrayan.

De ahí que Ovella sea, al mismo tiempo, una prenda de moda y un sistema de protección inteligente, pensado con sensibilidad y respeto hacia quienes lo utilizarán.

Tecnología al servicio de las personas

El sistema de Ovella se basa en un microcontrolador de bajo coste que coordina sensores, comunicaciones y el disparo del airbag. Dos acelerómetros triaxiales monitorizan el movimiento del usuario y detectan aceleraciones bruscas o caídas. Si se supera un umbral predefinido, el dispositivo despliega un airbag que protege la cadera y la parte superior de la pierna, zonas especialmente vulnerables en este tipo de accidentes.

Además, el sistema envía automáticamente una señal de emergencia a través de un módulo GSM, incluyendo las coordenadas GPS del usuario en tiempo real.
Esa información llega tanto a los servicios médicos como a familiares o contactos configurados previamente, permitiendo una respuesta rápida. «Queríamos un sistema seguro, funcional y asequible, que no dependiese de grandes dispositivos externos ni resultase invasivo», señalan los integrantes del equipo.

El resultado es una tecnología eficiente y discreta, pensada desde la accesibilidad económica y la sostenibilidad ambiental, con materiales locales y un diseño que evita la obsolescencia.

Innovar con raíces

El nombre del proyecto no es casual. Ovella —«oveja» en gallego— remite directamente al material que lo hace posible: la lana. Pero también simboliza la conexión entre tradición y futuro, entre lo rural y lo tecnológico.

«Nos gusta pensar que partimos de la materia prima de los ganaderos gallegos y se la devolvemos transformada en forma de seguridad y estética», explican los creadores. De este modo, Ovella no solo protege a las personas mayores, sino que reactiva un tejido productivo local, promueve la economía circular y da una nueva vida a un material sostenible y de proximidad.

Un equipo diverso para un mismo propósito

Uno de los puntos fuertes del proyecto fue la diversidad del equipo, integrado por perfiles complementarios. Anthía Láuzara y Pablo Saldaña, del ámbito educativo, aportaron la mirada social y pedagógica. David López, opositor a policía local, sumó una sensibilidad especial hacia la seguridad y el cuidado de las personas mayores.

Sara Cabaleiro, estudiante de Biología, contribuyó con su conocimiento sobre lana y ganadería. Y Diego Rodríguez, ingeniero industrial especializado en electrónica y automática, se encargó del diseño técnico del sistema airbag.

La combinación de experiencias y perspectivas distintas dio lugar a un trabajo sólido y equilibrado. «El premio fue la confirmación de que el esfuerzo y la cooperación dan resultados», aseguran.

De la idea al futuro

Ganar el Terra Creative Jam 2025 ha supuesto para el grupo una inyección de energía y confianza. «Fue tremendamente motivador. Nos demostró que cuando las ideas se trabajan con ilusión y empatía, pueden transformarse en algo real», afirman.

Ahora, su objetivo es dar continuidad a Ovella, explorando vías de desarrollo y posibles colaboraciones que permitan convertir el prototipo en un producto real.

Ovella es mucho más que una prenda con tecnología incorporada. Es una declaración de principios sobre cómo la innovación puede mejorar la vida en el rural, conectando tradición, tecnología y cuidado humano. En palabras de sus creadores, «pensamos en lo que nos gustaría llevar cuando lleguemos a esa edad. Y ahí nació Ovella: de la empatía, del cariño y de las ganas de que nadie tenga que marcharse de su hogar por miedo a caerse».

Los contenidos de esta página se actualizaron el 29.10.2025.